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Emolienta, acerca de la piel, dermatitis atópica

Dermatitis atópica

¿Qué es la

dermatitis

atópica?

¿Cuáles son

 sus causas?

¿Cómo controlar

 los síntomas?

Consejos

La dermatitis atópica es una enfermedad de la piel muy frecuente, crónica, no contagiosa, que presenta constantemente sequedad, irritación y picor. Afecta al 10% de la población mundial, tanto a adultos como niños, siendo estos últimos los afectados con mayor frecuencia.

 

Los síntomas son muy variables en función de las personas. Además, acostumbran a presentarse en brotes en los que se exacerba el picor, la piel enrojecida y la descamación.

 

Además de los problemas directamente relacionados con la irritación de la piel, también se pueden dar otros problemas derivados de la patología como dificultad al dormir, discriminación social hacia la persona afectada, etc.

No existe una sola causa que desencadene la dermatitis atópica, pero se ha visto una asociación a factores genéticos que predisponen a desarrollar esta afección. Además, hay factores que favorecen la aparición de la enfermedad o de sus brotes, como puede ser la humedad del clima, la contaminación, el estrés, el tabaquismo e incluso ciertos alimentos y bebidas como el alcohol.

Aunque hasta el momento no existe una cura para la dermatitis atópica, es cierto que se pueden tratar los síntomas y mejorar el cuidado de la piel para evitar o disminuir el desencadenamiento de nuevos brotes.

 

Para ello, los emolientes juegan un papel clave, ya que aportan lípidos a la piel y ayudan a mantener su estructura y composición hidrolipídica idónea, previniendo los picores y reduciendo la frecuencia de aparición de los brotes.

 

  • El correcto cuidado de la piel puede reducir la necesidad de utilizar medicamentos.
  • Evitar, en lo posible, exponerse a temperaturas extremas. En caso de exposición al sol, utilizar protectores solares adecuados.
  • Las duchas con agua fría, especialmente por la noche, ayudan a calmar la irritación y el picor.
  • En caso de utilizar maquillaje, usar productos adecuados para pieles sensibles, con características hipoalergénicas.
  • Evitar rascarse la piel para no dañar la barrera epidérmica y evitar infecciones.
  • Aplicar cremas hidratantes y/o emolientes adecuadas para mantener la piel humectada y evitar la sequedad.

 

En cualquier caso, no dude en consultar con el médico de família, dermatólogo o pediatra para un correcto diagnóstico y tratamiento.